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Manifiesto Ludonauta

Frente a las problemáticas contemporáneas que el mundo nos plantea me posiciono como artista insistiendo en hacer preguntas y provocarlas. Mi motivación no está puesta en encontrar respuestas, sino en ir al encuentro de más preguntas para recorrer la profundidad humana.

 

No me interesan los puntos finales y no creo en lo definitivo. Navego entre arte y juego para aprender cada día algo nuevo, no por  ambición de saber más, sino por desenmarañar los misterios del ser y del hacer como entes lúdicos.

 

Así mi práctica artística se vuelve espacio de desplazamiento hacia una práctica lúdica que no se opone frontalmente a la disciplina ni al rendimiento sino que los subvierte tomando lo estructurado del deber y lo voluntario del poder hacer para transformarlo en arte/juego.

 

Esta forma de juego no es evasión, sino acto poético y rebelión con causa. Es una forma de generar conocimiento, una política de la imaginación. Ya no me sirvo del arte para producir ni para obedecer, sino para pensar, jugar y construir. ​​​Como artista me convierto en Ludonauta: no busco la eficiencia ni el éxito, sino el error fértil, la interrupción, la deriva.

 

Este tiempo/espacio lúdico rompe con la linealidad del progreso y con el imperativo de la productividad y el ocio se vuelve preludio para la creación y, el hacer sin padecer, una declaración. ​​

 

Frente a la fatiga del yo, volver a lo colectivo. Frente al mandato de ser el mejor, la posibilidad de no-ser. Desdibujar los bordes. Frente a la impotencia, la posibilidad de desobedecer sin violencia y de actuar sin agotamiento. En un intento como artista de promover ese espacio donde el arte no reproduce el mundo, sino que lo aborda, lo piensa y lo reinventa.

Y en un contexto donde se espera de nosotras una identidad optimizada, coherente, rentable. Una sola identidad clara y eficaz. Decido no rendirme al caos, sino entregarme a el para abrazar una forma de libertad radical que me abre la puerta para salir a jugar, rechazar mi versión rentable y permitirme ser en todas mis formas simultáneamente y habitar la contradicción como espacio creativo.

Esta es mi afirmación poética del derecho a ser difusa. Una forma de descanso, una forma de arte.

 

En un presente donde la positividad forzada, la autoexplotación y la eficiencia permanente son vendidas como libertad, elegir el juego, la lentitud y la multiplicidad es un acto de resistencia íntima.

“Nunca seré una

sino todas y a la vez”

Yo niña, hija, hermana, tía, amiga, mujer, artista, ludonauta:

​​

​Me manifiesto a favor del tiempo no apurado que quería comprar suelto, Osías, el osito en el bazar.

Me manifiesto en contra de la hiperproductividad y el multitasking. ¡A favor del juego inútil! de la pausa fértil, del descanso sin culpa.

Nunca seré una, sino todas y a la vez. Y el aburrimiento será la nueva diversión.

Disciplina, rendimiento, obediencia y productividad, son los colores de mis nuevas plastilinas para moldear a mi manera, no lo útil, sino lo vivo.​​​​​​​

Yo... Sapiens, Faber, Ludens

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